Hay versiones contradictorias respecto al programa, reality show “La Casa de los Famosos”, para unos es un programa obsoleto, sin contenido ni sustancia, para unos estúpidos entonces. Otros dicen que les entretiene y nada más.
Hay otras personas que ven el realidad y no lo extrañan, pero lo niegan como si estuvieran cometiendo un pecado que los llevará directamente al infierno, simplemente no lo aceptan.
Veo. COMO psicólogo Me apasiona el comportamiento de los que compiten allí, todo por yo gano 4 millones de pesos.
Es muy interesante cómo desarrollan sus personalidades y eventualmente sacan a relucir sus demonios para defenderse y atacar.
Él comportamiento humano en sí mismo lo es. en el caso de la casa de los famosos la que nunca nos imaginamos sería la favorita porque es la primera vez que una mujer transgénero ingresa a un programa de este tipo.
Pues sí, ella es la favorita por ser auténtica, no por su transexualidad y eso es algo digno de admirar. Es transparente y no tiene poses, como otros miembros que creen o dicen ser famosos.
La otra sorpresa es la participación del actor y exdiputado sergio mayer. Lleva muchos años en el ojo de la tormenta, primero atacado por ser diputado de Morena y luego acusado de ser bailarín de stripper de mujeres.
También se ganó el repudio popular por intervenir en el caso de una niña que culpa a un actor que es su padre de acosarla sexualmente.
El tema se volvió mediático y Mayer perdió credibilidad y la antipatía de la gente por creer que defendía una injusticia.
Pero dentro de la casa, ahora es uno de los favoritos, hasta ahora se ha comportado de forma mesurada y controlada, y a la gente le gusta. Está limpiando tu imagen y está funcionando para ti.
No así, por ejemplo, en el caso de la esposa de eduardo videgaray, locutora de uno de los programas más escuchados de la radio, “La Corneta”, quien a pesar de tener una belleza impresionante y presentarse como una mujer de una madurez e inteligencia irresistibles, dada su edad (30 años contra los 55 de Videgaray) se vuelve saliendo a ser los primeros que empezaron a tratar la traición como una estrategia de juego, empezaron a sembrar discordia, intentando oponerse unos a otros. Lo que no esperaba es que la gente se metiera tanto en el reality show que saliera a gritar fuera de la famosa casa que Sofía estaba hablando mal de su equipo. Ella nunca esperó esto, ni el equipo con el que se asoció, quienes realmente la consideraban un apoyo y una amiga.
El fenómeno psicológico de este reality show es tal que nada más Sofía es odiada por el pueblo, tanto que ayer fue expulsada, pero también la odiar ha trascendido a su esposo Eduardo Videgaray, a quien la gente también repudia sin mi conocimiento. ¿Por qué? Él es sólo el marido y nada más.
Todo lo contrario es el caso de la esposa de Sergio Mayer, que la gente la quiere y la respeta porque Isabella Camil también fue la mujer más amada por Luis Miguel y eso automáticamente la vuelve trascendente y empática.
La gente lo está aceptando, porque está aceptando a Mayer.
Pero no olvidemos que todos están compitiendo por ganar esos 4 millones de pesos y además obtener oportunidades laborales y visibilidad.
El comportamiento de los integrantes de La Casa de los Famosos me recuerda la tapas de Trabajador. Se reúnen proclamando y gritando “¡unidad!” cogidos de la mano y abrazándose, pero a medida que la competencia se vuelve más reñida y el tiempo se va acabando, empiezan los señalamientos con el dedo, las infidelidades, la competencia sin igual…
Al final no hay ni habrá unidad porque todos luchan por el premio mayor que es la presidencia de México.
Y si a esto le sumamos que no sólo las chapas de botella compiten por el presidencia pero como si fuera una pandemia, los candidatos a la presidencia brotan de todos lados.
Me asombra que tanta gente quiera ser presidenta o presidente. ¿Cuál es el mensaje de Obrador para esta gente que resulta ser presidente? Ese lujo, privilegio y poder es posible si eres presidente, aunque ya sabemos que Obrador nos quiere vender la idea de que su sexenio ha estado cargado de tlayudas y sencillez.
Eventualmente, como en La Casa de las Celebridades, terminarán con sus ojos arrancados, y aquellos que pretenden ser buenas personas obtendrán el cobre más temprano que tarde.
La gente los mira, al igual que ven el programa de telerrealidad, así que los miran.
Y no. Esas personas que ven esos programas no siempre tienen cerebro, voz o voto. Tu voto pesa y cuenta, pero sin duda una cosa que ya me queda clara al final de esta larga columna: la gente se pega a la gente que le gusta y que la hace sentir cercana.
Si no saben gobernar o si saben, es lo de menos.
No cuenta la preparación sino la simpatía.
Desafortunadamente
¿Y a cuál de nuestras figuras políticas nombraría usted con punto y dos puntos?
Y cuánto.